TRECE POETAS TALAREÑOS DE PURA CEPA
Selección y presentación de Márlet Ríos
EL GRUPO LIBERACIÓN DE TALARA Y EL SURGIMIENTO DE NUEVOS ACTORES SOCIALES
EN LA SEGUNDA MITAD DE LOS 50
En un libro no tan difundido que se llama La tradición autoritaria. Violencia y
democracia en el Perú, Alberto Flores Galindo plantea que los dos
acontecimientos más importantes de la vida republicana (la Independencia y la
revolución velasquista) representaron revoluciones políticas de arriba hacia
abajo, es decir verticales, pero que dejaron prácticamente incólume la
estructura social, o sea la estructura básica de la sociedad peruana.
Es imprescindible hablar del gobierno de
Velasco porque precisamente el golpe de octubre de 1968 fue dado usando como
pretexto un pretendido contrato perjudicial para los intereses del Estado
peruano, hablamos de la pérdida de la famosa “página 11”, la cual tuvo como
actores principales a la International Petroleum Company, la Empresa Petrolera
Fiscal y a altos funcionarios del gobierno de Fernando Belaunde. Una de las
promesas electorales de este fue nacionalizar los yacimientos de la Brea y
Pariñas.
Un célebre poema de Nicomedes Santa Cruz es
“Talara, no digas yes”, de 1958:
Talara, no digas yes
Mira al mundo cara a cara;
Soportando tu desnudez…
Y no digas “yes” Talara.
Liberación
En su conocido trabajo sobre la poesía
obrera anarquista de las tres primeras décadas del siglo XX, Gonzalo Espino
Reluce[1] nos habla de un circuito
cultural alternativo –impulsado por los propios trabajadores– al establishment
cultural consagrado. De esta manera: “La producción cultural de los
trabajadores de comienzos de siglo tenemos que examinarla como un fenómeno
alternativo al modo oficial de hacer cultura durante la república aristocrática
(…). Los trabajadores, buscando salir de su situación de explotación y miseria,
avanzan en la formación de una conciencia proletaria y en este proceso, como
elemento intrínseco e indispensable, realizan una intensa acción cultural (…)”[2].
Le corresponde a Emilio Saldarriaga García,
conocido como “El poeta mayor”, el notable impulso para sacar adelante una
revista literaria que se ha vuelto legendaria. Liberación, cuyo primer número data de julio de 1956, tenía un
propósito no muy distinto a los fines de los obreros libertarios de comienzos
del s. XX. Sin embargo, el referente ideológico principal para Saldarriaga,
director literario de la revista, ya no era Manuel González Prada sino el
Amauta José Carlos Mariátegui. Son elocuentes las palabras de presentación del
primer número de la publicación: “Quienes alimentamos en nuestro corazón la
semilla de la inquietud no podemos permanecer inactivos, y por eso, es que
salimos con la lanza al ristre y el pecho descubierto a explorar caminos, a
escalar montañas y a escrutar nuevos horizontes en los mares de la vida,
quitando los obstáculos que la incomprensión o el pesimismo colocan en las
rutas del progreso cultural del pueblo”.
Alrededor de “Liberación” se van a congregar
poetas talareños como Eusebio Arias Vivanco, Danilo Valladares, Agustín Silva
Ancajima, Juan Palacios Moscol, Eduardo Farro Castillo, entre otros. Se trata
de una poesía con ansias de reivindicación social y de cariz proletario,
netamente arraigado en suelo talareño. Veamos un fragmento del poema “Perforador
comiendo mango”, de Eusebio Arias Vivanco, obrero petrolero y sindicalista:
Da mucha risa mirar
al perforador hermano
con sus dos manos
de marrón oscuro
comer su mango
que no es oro amarillo
sobre fondo verde.
Más risa me da
el Quijote amigo
y sus caballeros espigados
¡Ay! Ilusión del libertario,
querer pelar el mango
en la cornisa de un castillo;
y arrojar las cáscaras al mar.
Las luchas reivindicativas de los
trabajadores norteños durante las tres primeras décadas del siglo XX, en el
contexto del Estado policial y de predominio indiscutible de la International
Petroleum Company (IPC), la cual inicia sus actividades en 1915, serán
plasmadas en los poemas del grupo “Liberación”, surgido en Talara en 1956. Este
grupo estuvo liderado por Emilio Saldarriaga, conocido como el Poeta Mayor. El
ejemplo imperecedero del mártir proletario Alejandro Taboada Crisanto,
asesinado en junio de 1931 por esbirros de la IPC, no podía ser dejado de lado.
“Elegía a Alejandro Taboada”, de Emilio Saldarriaga, es un texto emblemático:
I
Naciste astro revolucionario
bajo el sol piurano,
tus miradas de hombre
por mi tierra,
te lavaste tus manos de titán
con petróleo,
y empuñaste la defensa
del obrero
en tu verbo proletario.
II
Era aún niño yo,
cuando
con tu verbo de apóstol
rebelde y de justicia
…mantenías en tensión a la
masa…
rompías atropellos
de los Wall Street.
Si te hubiese escuchado
Walt Whitman, Poe,
te hubieran estrechado
su diestra sinceramente
y cantos a tu nombre.
No obstante, una vena lírica pronunciada y
una voz intimista pueden ser apreciadas en algunos poetas de Liberación. El
poema “Llorar”, del profesor Agustín Silva, es un ejemplo concreto de ello:
Mis órbitas ya resecas por el
frío,
mendigan un llorar como del
cielo;
y entre la muchedumbre loca de
cansancio
llega un alma y hace lluvia
con sus ojos.
El alma que ha venido a llorar
junto conmigo,
tiene música de amor y
tristeza;
y entre la muchedumbre loca de
alegría,
es el único llorar que no ha
muerto.
Es menester mencionar la voz lírica de Lina
Burneo Seminario, nacida en Lagunitos, también miembro de “Liberación”. Está
considerada la primera figura de la poesía femenina de la provincia de Talara.
De aliento dolorido e intimista, su poesía parece interpelar la soledad
inherente al ser humano (v. gr. en el poema “Tristeza absurda”):
Tristeza absurda de saber que
existo
como una piedra más en el
camino;
con rodeos me evitan los que
pasan
y no se acerca nunca el
elegido.
Tristeza absurda de mirar que
vivo
como una golondrina sin alero;
y angustia de soñar desde la
nada
con alucinación de pordiosero.
El contexto sociocultural en el que se
inscribe la aparición de “Liberación” está marcado por grandes cambios sociales
y el surgimiento de nuevos actores políticos y sociales en el escenario político
peruano (el Movimiento Social Progresista, la Democracia Cristiana, movimientos
campesinos, organizaciones de la llamada Nueva Izquierda como el MIR, surgido a
partir del Apra Rebelde, etc.). En 1956 terminaba el ochenio del general Manuel
Odría, cuyo régimen se caracterizó por la represión y persecución de opositores
políticos (el Partido Comunista y el APRA). Con el régimen democrático de
Manuel Prado Ugarteche, conocido como el “último oligarca”, se inicia un
periodo de apertura democrática y eclosión social (la llamada “Convivencia”
aprista es un epítome claro de este periodo). Los poetas no podían mantenerse
al margen de este contexto sociopolítico y son urgidos a participar. De esta
manera, siguiendo a Mijail Bajtin, podemos decir: “Un enunciado vivo, aparecido
conscientemente en un momento histórico determinado, en un medio social
determinado, no puede dejar de tocar miles de hilos dialógicos vivos, tejidos
alrededor del objeto de ese enunciado por la conciencia ideológico-social: no
puede dejar de participar activamente en el diálogo social (…)”[3].
Flores Galindo asevera que: “Desde 1931
hasta 1968, el sistema político peruano fue resultado de las combinaciones
posibles entre la oligarquía, los militares y, no siempre en la ribera opuesta,
el Apra”[4].
Los jóvenes se vuelven en actores sociales y
políticos importantes en ese periodo. Muchos cuadros y dirigentes de izquierda
que tendrán protagonismo en la década del 60 empezaron su quehacer político en
la segunda mitad de los 50. Nos referimos a Jaime Llosa, Ricardo Letts, Héctor
Béjar, Edmundo Murrugarra, Luis de la Puente Uceda, Hugo Blanco, etc.
En julio de 1956 también se funda el Grupo
Intelectual Primero de Mayo, integrado por poetas de extracción proletaria como
Víctor Mazzi Trujillo, Eliseo García Lazo, Leoncio Bueno, entre otros. Alberto
Alarcón se uniría al grupo varios años después. Es sintomático de este periodo
que algunos poetas de “Liberación” también hayan integrado el Grupo Primero de
Mayo, tal es el caso de Eusebio Arias Vivanco y el mismo Emilio Saldarriaga.
Víctor Mazzi colaboró estrechamente con Liberación y es señalado por el
profesor Julio Bernales Córdova como miembro de este[5].
Poetas talareños contemporáneos como Mario
Morquencho, Eduardo Urdanivia, Alberto Alarcón, entre otros, han logrado
posicionarse en el ámbito literario de la capital. Esto es algo loable, si
tenemos en cuenta que los males sociales de clientelismo, rentismo, lobismo,
etc. –tan característicos de la estructura básica de la sociedad peruana– también
son propios del campo literario local. Poetas y luchadores sociales como
Eusebio Arias Vivanco, Leoncio Bueno, Emilio Saldarriaga, Juan Palacios, etc.
siguen siendo ninguneados e invisibilizados por el establishment literario
dominante. Sirva esta breve muestra para reivindicarlos y para darlos a conocer
a las generaciones más jóvenes.
Márlet Ríos
Escritor y editor talareño
Alberto Alarcón (Talara, 1949): Poeta, editor y promotor cultural. Recibió la Primera Mención Honrosa en el IV Concurso Poeta Joven del Perú (1975) y el Premio Internacional de Poesía “Fundación Marco Antonio Corcuera” en 2003, que compartió con el poeta paraguayo Elvio Romero. Integrante del Grupo Intelectual Primero de Mayo. Autor de Puño en la Niebla, El Viento en los Cerrojos, Poesía amorosa, Un ciego ante el resplandor, etc. En 1990 publicó El canto de la Achupalla (la cumanana en Piura) y en 1997 Poetas y narradores contemporáneos de la región Grau. Sus poemas han aparecido en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017) y en Poetas del algarrobo. Antología Poética (2019).
Biografía
Nací viendo esos barcos extranjeros
bambolearse en mi mar ya sin gaviotas;
mi barrio era un canchón de vigas rotas
donde ardía el candil de los obreros.
Mi cuarto olía a cal y en sus maderos
yo escuchaba los muertos de las brocas:
iba aprendiendo sus llamas ya remotas,
su alta sombra, sus nombres petroleros.
Mi padre, en voz muy baja, nos contaba
de Alejandro o Martín, y en su garganta
llameaba un mascarón de furia entera.
Fue así cómo anhelé que anclara un día
con sus bordas y sus redes la alegría
en la costa de mi mar con sangre obrera.
Al maese Víctor Mazzi Trujillo
Solía poner un disco de Charlie Parker
Y hablar de poesía
(Una colina de ceniza
En el viejo cenicero)
De su trompeta caían piedras rojas
Que él tomaba
Para irse a cantar a las pedradas
Por los rieles del tren como un mancebo
Subía con el humo y arañaba
Pedacitos de dios (esa palabra)
Era de verlo
Lo recuerdo mojándose en el río
O dando de llorar a sus palomas.
Orden del sol
Despierta
Con esta vastedad de luz
Abandónate al viento
Haz un umbral entre las hojas
Y canta nada más.
Escena para Liv Ullmann
Una buhardilla que solo conocen
Los pájaros enloquecidos por la niebla.
Una puerta entreabierta al grito de la soledad
Petrificada en anchas y oscuras chimeneas.
Una mujer tirada sobre un abrigo negro
Un revólver humeando cerca de su cabeza.
Una lluvia cayendo.
Una ciudad cualquiera.
Tú
Ni los ríos secretos
Suenan como tu risa.
Ni la flor más galana
Es comparable a tu boca.
Tú y el aire amanecen
Pero nadie los toca.
☼ ☼
Eusebio
Arias Vivanco (Talara, 1924-Caracas, 1960): Obrero petrolero y luchador social. Miembro del Grupo Intelectual Primero
de Mayo y de Liberación. Falleció en Caracas, adonde fue deportado.
Talara
Un día alguien dijo:
“Que se haga Talara”.
Y Talara fue hecha.
Vino un murciélago blanco
¡Qué raro!... ¿no?
Y labró muchas llagas.
He aquí el hombre
con un pedazo de tierra
en la boca
que no es su tierra,
nació y creció
como el gusano en esa tierra,
pero no le pertenece.
Y cuando gritó con voz de
trueno
le lavaron la cara con sangre
y cuando pidió una A
para su silabario
le alcanzaron una escoba
y cuando enseñó a sus hijos
a deletrear es-ta-tie-rra es
mía
lo mandaron al portachuelo.
Todo es tuyo, pero no te
pertenece.
Yo no pido pan, que conste,
solo digo que
esa es la tierra mía.
Perforador
comiendo mango
Da mucha pena
sentir de rato en rato
ese olor a huesos milenarios
envueltos en raíces diluvianas
y sentirse salobre, impotente de saltar a tierra
y preguntar al mango:
¿quién es la madre mía?
Da mucha risa mirar
al perforador hermano
con sus dos manos
de marrón oscuro
comer su mango
que no es oro amarillo
sobre fondo verde.
Más risa me da
el Quijote amigo
y sus caballeros espigados.
¡Ay! ilusión del libertario,
querer pelar el mango
en la cornisa de un castillo
y arrojar las cáscaras al mar.
Y más risa doy yo
con mi poesía
de palotes rezagados,
y pensar que tengo
pretensiones inalcanzables.
¡Bah! a lo mejor
no soy ni el rocinante amigo.
☼ ☼
Lina Burneo Seminario: Nació en Lagunitos. Empezó a escribir a los 16 años. El diario piurano La Industria publicó sus primeros poemas
en 1948. Fue parte de Liberación.
Tristeza absurda
Tristeza absurda de saber que
existo
como una piedra más en el
camino;
con rodeos me evitan los que
pasan
y no se acerca nunca el
elegido.
Tristeza absurda de mirar que
vivo
como una golondrina sin alero;
y angustia de soñar desde la
nada
con alucinación de pordiosero.
Loca tristeza del pensar
porfiado
en el “ser o no ser”,
inobjetable;
y dolor de sentir que el alma
vuela
tiras ternuras quizás
inalcanzables.
Loca tristeza de llevar
marcada al rojo
el ansia de querer y ser
querido;
sabiéndolo lejano y desterrado
aun dentro de la línea de uno
mismo.
Tristeza de cantar lo que
debiera
quedarse en lo más hondo
sepultado…
Tristeza absurda de ponerme
triste
cuando la Vida aún promete
tanto.
Despedida
Con un bagaje de sueños
te voy dejando mi puerto.
En las auroras futuras
te alumbrará mi recuerdo
y en las noches más plateadas
volverá mi pensamiento
para besar las estrellas
que fulguran en tu cielo.
Con un rimar de esperanzas
hacia otros lares me alejo
para volver algún día
a arrodillarme en tu suelo;
para pasear por la orilla,
de tu mar siempre sereno
y aspirar esa fragancia
de tus aires marineros
Con una pena muy mía
me marcho… ¡pero te llevo!
☼ ☼
Gloria Burneo Seminario: Nació en Lagunitos en 1932. Publicó los poemarios Sentimientos humanos y Vivencias humanas.
Talara, sangre norteña
Talara, cuando te recuerdo
me invade una grata
emoción.
Hermoso centro petrolero,
te llevo en mi corazón.
Petróleo que ahora es
nuestro,
negrito como el carbón.
Talara, puerto norteño,
tu nombre suena a canción.
Negritos y Lagunitos,
tierra donde yo nací,
con tu Tablazo y
Chorrillos,
todos se evocan en ti.
Talara Alto y Punta Arenas,
con sus jardines en flor,
pese al tiempo y la
distancia
les recuerdo con amor.
Recuerdo tus lindas playas,
las veces que gocé en tu
mar;
Las Peñitas, La Capullana
Y tu pueblo natural,
donde esbeltas chicas
guapas,
más te hacían admirar.
Quien te conoció, Talara,
nunca te podrá olvidar.
☼ ☼
Eduardo Farro Castillo: Nació en Talara. Colaboró
con revistas locales y del extranjero. Fue miembro de “Liberación”.
La libertad
Solo eres presencia
lastimada, anhelo desvelado,
manos hostiles te encadenan
despiadadamente,
te torturan mil verdugos en
los ojos, en el cerebro,
con saña, con desprecio,
obstinadamente siempre.
Pero surges como águila en
la cima del espíritu,
estás siempre presente,
siempre alerta y palpitante;
tu cuerpo núbil, cruzado de
ensueños y heridas,
amaneces poblando la
orfandad de los hombres,
de los que luchan, de los
que piensan;
de los que, en definitiva
dan su última esencia,
su último aliento, por tu
sola e inmaculada presencia.
La pobreza
He visto la pobreza en la
calle, en los rostros
pálidos, en los domingos
teñidos de esperanza
y de mentira, en los
tranvías, en las cárceles,
en la tuberculosis del
obrero y del empleado,
en el honor vendido de la
mujer.
La pobreza no tiene
fronteras,
toda latitud, todo
meridiano, todo equinoccio
la conocen; mendicante y
obscura, hirsuta,
postrada o caminante, pero
siempre,
terriblemente hambrienta.
He visto, sin embargo, una
pobreza más
horrenda, una pobreza más
grave, más
escuálida, sin salvación,
ni credo
he visto… ¡la pobreza
harapienta del rico!
la pobreza del avaro, del
judío, del magnate,
como una losa fría, como
una estampa horrible
de la muerte.
Y me he sentido triste
conmovido hasta mi
esencia al ver tantas
pobrezas juntas…
☼ ☼
Houdini Guerrero (Talara, 1965): Poeta, narrador y editor. Ha publicado El tiempo borracho en días, Para cerrar los ojos de Dios, Los que perdieron te saludan, Crónica de las horas de un poeta ocioso, entre otros. Director de la revista Sietevientos. Sus poemas aparecen en Poetas del algarrobo. Antología Poética (2019).
El falso suicida
La puerta
Y el sueño
Coincidían.
La sonrisa
Y la muchedumbre, no.
Currículum Vitae
Me he inventado para acompañarme
Lo que no sucede me sucede siempre
El frío en mis párpados se convierte en días
A veces el miedo me saluda en las esquinas
Y yo en agradecimiento le brindo unos escupitajos.
Los desatinos de mis pasos se alimentan
Del placer de caminar sin saber por qué y para qué
Casi siempre prefiero tirar mis penas al río
Y salvo días de lluvia nunca admito estar triste
Según la opinión unánime de mis vecinos
Las únicas campanas que repican para mí
Tienen el sabor de la arena después de un naufragio.
Naturalmente no desespero.
☼ ☼
Mario
Morquencho (Los Órganos, 1982): Vivió toda su niñez y adolescencia cerca al mar, en Los Órganos, distrito
de Talara. Al terminar la educación secundaria se trasladó a la ciudad de
Trujillo donde estudió la carrera técnica de Contabilidad. Ha publicado los
poemarios Ciudadelirio (2010), Un Mar Alcoholizado (2013) y Placlitaxel (2017).
Rímac
Yo me molesto con la vida
— Y no sé por qué con ella—
Cuando paso el puente
y veo flotar cartitas de amor en heces por el río.
¿Suicidarse desde allí?
—¡Ni loco!—
Seguro la muerte no se animaría
a recoger mi alma confundida
entre toda esa mierda debajo congelada
donde el sol y el infinito
cierran los ojos para no reflejarse en las aguas.
Hasta he llegado a creer que mi reloj se malogró
y dejó de jadear, por hacerme el valiente
estando más de un minuto,
con la esperanza de ver algún loto
entre esa nausea acuática.
Ningún arco-iris se atrevió
a defecar por esos lares,
solo las nubes que a veces escupen,
o algún borracho que micciona decadencia.
Si alguno de nosotros fuera pez,
estar en esos charcos sería:
cumplir cadena perpetua
encerrado en la comunión de todos los gases,
o respirar en la entraña de los estreñidos.
Yo me molesto mucho con la vida
cuando paso el puente y veo ese río,
como un portal parecido a los que salen
en las películas de ciencia-ficción:
este río es el portal que nos aborta
hacia el vomito infinito
de dios.
Todas las
cosas a la oscuridad
Sentados al borde de la cama
arrojas todas las cosas a la oscuridad
y dices mis ojos son negros como esta habitación
pero son marrones
y no lo puedes recordar
A veces creo que soy ese químico que entra en tu
cuerpo
y arrasa con la mayoría de tus células que caen
junto a todas las cosas arrojadas a la oscuridad
Y no te importa lo que vienen a cantar los pájaros
eso te produce náusea
todo te produce náusea
Escucharte es como escuchar
al viento dentro de una cueva
llena de ecos de poemas tristes
que son un rayo de sol en los bolsillos
poemas tristes de un rayo de sol que leo
cuando te dejo y me voy a trabajar
poemas que escribo y dejo en la oscuridad
que alumbran tus ojos marrones
tus ojos marrones son rincones de una cueva
llena de pinturas de hombres y animales
degollados para un dios
Allí rueda y rueda mi cabeza
entre todas las cosas arrojadas a la oscuridad
soy el animal decapitado del cual tu madre ha
preparado la merienda
pero tú no quieres nada
solo bebes agua
como los gatos que bajan del techo
para abrevar de los charcos
Tú solo tienes asco
es por la quimio
es por la quimio
gritas desde tu cuarto
y tu madre que apenas te ha escuchado
llora en la cocina
mientras con un cuchillo
corta mis manos.
☼ ☼
Juan Palacios Moscol: Nació en Negritos. Los periódicos piuranos El pueblo y El Norte
acogieron sus primeros poemas en 1951. Fue miembro del grupo Liberación.
Son las seis en el recuerdo
en el recuerdo
de tu angustiada cara
son las seis
y siguen tristes los guarismos
que se han ido
son las seis
y siguen tristes
como nunca en el vacío de tus
grietas
mas las noches que se chocan
son el índice
el grito de mi Bolivia
el grito de mis minas chilenas
el grito calientito de ese mi
Ecuador
El grito de mi tierra peruana
el grito que se traga mi
Talara
son las seis en los 56
calendarios de Manuel.
☼ ☼
Emilio
Saldarriaga García: Nació en Lobitos (Talara) en
1920. Director del grupo literario Liberación y miembro del Grupo Intelectual
Primero de mayo. Colaboró en diarios extranjeros de Argentina y EE.UU. Autor de
Versos sencillos, Poemas selectos, Ombre (Primer puesto de Poesía en los Juegos Florales Nacionales de
la Unión Latinoamericana de Escritores Libres), Petróleo, Réquiem para un
Ángel Barbado, Elegía a Alejandro
Taboada, entre otros poemarios. Fallece en Sullana en 1990.
Elegía a
Alejandro Taboada
I
Naciste astro revolucionario
bajo el sol piurano,
tus miradas de hombre
por mi tierra,
te lavaste tus manos de titán
con petróleo,
y empuñaste la defensa
del obrero
en tu verbo proletario.
II
Era aún niño yo,
cuando
con tu verbo de apóstol
rebelde y de justicia
…mantenías en tensión a la masa…
rompías atropellos
de los Wall Street.
Si te hubiese escuchado
Walt Whitman, Poe,
te hubieran estrechado
su diestra sinceramente
y cantos a tu nombre.
III
Se me prendió tu verbo,
tus palabras de corazón,
sin retóricas,
¡pueblos nada más!
En mis metáforas
estás
cuando originalmente decías:
¡Pueblo mío de Talara!
Estas palabras hay que saberlas decir,
como tú, hombre de clases.
Ahí nomás te creaba
mis poemas infantiles.
Desde ahí nomás, Alejandro,
mis dedos, mi poesía innata,
de silencios rebeldes, te decía:
¡Viva Alejandro del Pueblo!
¡Hijo auténtico y defensor del explotado!
IV
La Guardia de Seguridad
Armada de fusiles,
Espadas, metrallas,
Te buscó por toda la ciudad.
Toda una guarnición
buscaba tu corazón
hecho pueblo,
que latía como titán:
querían silenciar tu verbo indomable,
invencible, íntegro…
¡HIMNO DE LIBERTAD!
V
Eras un hombre,
digo hombre,
porque hay que saber morir
como tú lo hiciste,
sin protestar nada a tu pueblo,
muy al contrario:
¡PUEBLO MÍO, POR TI MUERO!
Tu sangre regó esta tierra rica de petróleo,
tu cuerpo martirizado
con los filos de acero
en manos de los asesinos.
VI
¡Ay, Alejandro, cuánto sufriste,
cuán grande calvario,
cristo proletario!
Los carniceros asesinos
no estaban contentos
de haber profanado
tu cuerpo con espadas,
te cortaron el anular derecho
para robarte el anillo matrimonial.
VII
¡Canto para ti, Alejandro!
¡Canto para ti, que luchaste por una causa buena!
¡Canto para ti, de lo más sencillo porque
supiste morir como hombre!
¡Canto para ti, mi poesía americana!
¡Canto para ti, Alejandro de mi pueblo!
Canto a
Talara
¡Oh Talara!, que tienes tu hechizo,
Eres de un abolengo mestizo
Mezcla de razas fuertes y altivas,
Una costa azul de fugitivas
Olas que murmullan el remanso
De la paz, que es el resguardo manso
De tu bella ciudad. Tus hermosas
Mujeres tan sensuales, tan rosas
Que perfuman y que embelesan
Corazones y con pasión besan
Sus cerezas. ¡Oh, puerta de almas
Trabajadoras… de inquietas palmas!
Madres de hijos que hacen prez: pintores,
Poetas y músicos, ya honores
A Talara, la de las entrañas
Que vibra y corre por las mañanas,
Por las noches un canto sonoro,
Que es llanto color negro oro.
¡Querido puerto! ¡Oh, Salve, Bahía!
Yo te canto y en mi poesía
Te engarzo, formando un crisol coro
Con mi rima de azul y de oro.
☼ ☼
Agustín
Silva: Nació en Negritos. Poeta y
docente. Sus primeros poemas fueron publicados por el Círculo literario
Diásfora, de Chosica, en 1957. Integró el grupo Liberación.
Llorar
La mirada que murió una noche,
no está ya en su lívido rostro;
solo el ¡ay! que escapa de su tumba,
corta el aire y hace llorar hasta las rocas.
Los ojos que cayeron en sombras
solo mis cálidas lágrimas los salvan.
La mirada que murió una noche
se escondió en la tierra en gotas negras.
Mis órbitas ya resecas por el
frío,
mendigan un llorar como del
cielo;
y entre la muchedumbre loca de
cansancio
llega un alma y hace lluvia
con sus ojos.
El alma que ha venido a llorar
junto conmigo,
tiene música de amor y
tristeza;
y entre la muchedumbre loca de
alegría,
es el único llorar que no ha
muerto.
Mito Tumi
(Talara, 1951): Poeta y periodista talareño,
radicado en Lima. Ha sido editor de las hoy legendarias revistas Ave Destino, Escritura, Trobar Clus,
entre otras.
Hotel
Printania, 1932
Lo mejor será escribir que ahora ya soy libre.
Los momentos perfectos fueron tan inútiles
como las sílabas torpes que ha escrito mi mano
o la imagen del último paseo junto a la dársena.
El tren parte en sesenta minutos. Ningún indicio,
nada empaña la transparencia de mi conocimiento.
Sobre qué ciudad, bajo qué párpados ocultarme,
ahora que soy libre y un instante se parece a otro.
A repetir bajo otro cielo la misma imperfección
de los días, la vanidad de mi aliento y de mi
sombra,
a reconocer en la grata humedad del vino y del amor
lo efímero de la ola sobre la escollera.
La noche avanza sobre la estación y yo debo partir.
Nada ni nadie testimonia mi existencia. Soy libre:
no me queda ninguna razón para vivir.
Obertura
A nosotros nos persiguen los afiladores de
cuchillos.
Era el ardor de marzo, cuando la primera vez.
Música, pasto y un tronco bastaron para el inicio
del amor.
También el parque circular donde un loco nos
miraba,
mientras el viento detenía su entusiasmo sobre tu
boca.
Luego taxis, hoteles, medianoche. Por fin un cuarto,
compañera.
Y después
el conocimiento
y los violines
entrecortados de
nuestros cuerpos
a un solo ritmo,
lejos de la sinfónica y el campo de marte,
más allá de los desconcertados escombros del
tiempo.
Ahora,
ni tú ni yo necesitamos parques y conciertos
Nos sobra y
basta la eternidad
para tornar a recorrer los laberintos del orgasmo
sobre esta sábana que alguien tendió para el amor…
☼ ☼
Eduardo
Urdanivia (El Alto, 1947): Es
licenciado en Literaturas Hispanoamericanas por la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos, y Ph. D. en Literatura Hispanoamericana por la Universidad del
Estado de Nueva York en Albany. Ganador del Premio Copé de Poesía en los años
1986 y 2003. Ha publicado el ensayo La
poesía de Ernesto Cardenal: cristianismo y revolución (1984). Entre sus
poemarios publicados están Al encendido
fuego (1987), Palabras como arena
(1990) y Conversaciones con Lezama
(2005).
Poema
I
Sobre tu piel, confuso mar,
sobre el
Torrente amado de tu piel
existo. Sobre tu piel,
Enloquecido mapa, mis tardes
se desdoblan,
Confundo las esquinas donde
vivo, la calle en
La que sueño y que se bebe mis
pasos cual
Bebo yo tu piel de nardo, tu
ensortijada piel
De fuentes escapadas. Sobre tu
piel mi peso
Caricioso, encrespada memoria
que confundo
Con la vida.
II
Tal vez solo debimos mirarnos
en el agua,
No a los ojos.
Antes del diluvio
Nos lo enseña la luna tan
lejana
Maestra silenciosa de
inconstancia
Así abrimos la boca
A la diaria rutina del bostezo
El que nos dice que latimos
Como un corazón inútil
Como espejos ruinosos
Soles en declive
Gallos cansados de anunciar
albores que no arriban.
Después del diluvio
Nos lo dice también la
cándida, la ingenua
La arrebatada paloma
La del olvido tan llena de
ilusiones
Tan colmada de vides ella
misma
Que parecía Baco empenachado
Nos lo dice
En su lengua de sirena
Asustados los ojo pues sabe lo
que anuncia
Que la tierra sigue siendo tal
Que sus ojos grises lo ven
todo lo mismo
Fijándose el plumón tierno del
bucle con el pico
No cuenta los orígenes
Rumores todos en tablillas
derretidas
Alocadas flechas que perdieron
el Norte
¿Adónde queda?
Otoño
No me lleves, otoño, hacia la
oscura
Región en donde tienen su
morada
Tu invencible memoria
enamorada
Tus oros, fuego fatuo, tu
espesura.
Déjame ser hoguera en la
blancura
Íntima de los pechos de mi
amada,
Dejar mi leve peso en su
mirada
Y en su vientre mis ascuas de
ternura.
No me busques, otoño, no me
llames,
No crezcas en mi voz ni en mi
garganta,
No pronuncies mi nombre, no
reclames.
Lo que ya tiene dueño: una
paloma
En cuyo vuelo el mío se
agiganta
Y al claro abismo de la paz se
asoma.
☼ ☼
Danilo Valladares: Nació en Negritos. En 1951 con su poemario 8 de octubre ganó un concurso literario. Fue miembro del grupo
Liberación.
Angustia
Me anima el mar
vaivén curioso
en sus playas la resaca
inquietante
las incógnitas preguntas
palpitación del seso el
arcano.
Trigal mecido al ímpetu del
viento
perdiz del matorral que ajea
presintiendo, como yo,
la presencia oculta
de crueles raposeros.
Horizonte interrogante
en su muda inmensidad.
Espacio en que me hundo
me pierdo y me confundo
igual que sombra
en la entraña de la noche
Ánima curiosa…
Niño inocente…
BIBLIOGRAFÍA
BERNALES CÓRDOVA, Julio. Emilio Saldarriaga García. El poeta mayor.
Talara, 2004.
BERNALES CÓRDOVA, Julio. Muestra antológica de la poesía en Talara. Talara, 2005.
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contemporánea. Lima, El Búho, 2017.
JIMÉNEZ, Michael. Nueva publicación 2017
"PLACLITAXEL" de Mario Morquencho León. Domingo, 24 de diciembre de
2017. Extraído el 23 de marzo de 2020, del blog Ángeles del Papel https://angelesdelpapel.blogspot.com/2017/12/nueva-publicacion-2017-placlitaxel-de.html
LOPEZ GARCÍA, Víctor. Poetas del algarrobo. Antología Poética. Lima, espacio y tiempo
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MAZZI, Víctor.
Poesía proletaria del Perú (1930-1976). Introducción, selección y notas de
Víctor Mazzi. Lima, ediciones de la Biblioteca Universitaria, 1976.
ORELLANA, Carlos. “7 poetas peruanos de los 70”. Jueves,
12 de marzo de 2020. Extraído el 23 de marzo de 2020 de: https://letralia.com/articulos-y-reportajes/2020/03/12/7-poetas-peruanos-de-los-70/
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