Primera visión
Lo que se viene ocultando de modo convenido es el modo como se vienen haciendo silenciosos ajustes en la estructura política del país para lo que no deja ver la coyuntura política. Pero es una verdad a medias, en realidad no el punto medio del asunto. Esa ley antilaboral que se viene negociando seguramente sin ningún contrapeso desde los trabajadores y un Congreso debilitado, en realidad va a sacrificar con gran penuria a un modo anacrónico como se ha entendido la estructura laboral y profesional en el Perú. Porque una de las tres razones que no han permitido el cambio estructural y un salto en la acumulación es que carecemos de profesionales capacitados para ser una sociedad de corte liberal económico, y eso ha sido un pedido expreso de los empresarios para dar el salto cualitativo en la productividad, no una idea de Vizcarra y sus aliados, que son permisivos en este sentido, pues no quieren ser aniquilados por sus actos de corrupción amurallados. A la larga preparan el camino para una democracia sin partidos, y así debilitar la canalización de los intereses sociales que van a salir perjudicados por los trascendidos de la oligarquía. Estas reformas no están pensadas solo para nosotros sino para la presión que ejerce en la PEA la ola migratoria de venezolanos cuyo grueso de su éxodo a medida que Maduro se autodestruya va a llegar más a este país, pues poseemos una política migratoria concesiva, y somos una sociedad de ingenuos, donde la falta de reglas institucionales no defiende a nuestra población nativa.
Los empresarios van a aprovechar un recurso barato y mejor profesionalizado para realmente disparar la producción y se van a producir encadenamientos productivos, mayor generación de riquezas, y van a aparecer sectores de avanzada de bienes de capital que no había. Eso hará que materia gris ociosa empiece a generar más empresa y se profesionalice más, mejores salarios y mejores condiciones para el sustento de toda economía liberal saneada que busca que el individuo se reconozca como autosustentable, y no esté esperando todo del Estado. Como va a haber presión por mayor especialización eso hará que se atraigan con mayor facilidad mejores inversiones privadas, y sectores como la minería y el petróleo alcancen mayor valor agregado y sirvan como una plataforma de acumulación para sectores más de avanzada, como tecnologías asociadas a la producción industrial. Claro esto último va a depender de lo que tanto esté dispuesto a alterar la oligarquía, esa visión monopólica de aldea, que incluso la izquierda posee, de moverse como familias y grupos de amigos, y así facilitar la inmersión de nuevos grupos de interés económico que nos den una verdadera burguesía dirigente.
Pero aquí el Estado y el empresario deben hilar fino, pues deben hacer de todas maneras una profunda reforma educativa en la educación básica regular, pues no sirve para nada, pues no se hace lo fundamental: construir una personalidad con fuerza emocional y con expectativas de expansión individual y social con relación al territorio y una historia medianamente común; donde a ciertos niveles de especialización en las universidades le cueste al profesional pues se trata de ganarse el mundo por méritos propios. Además, se debe trazar una descentralización de los sectores productivos, y una salud universal y de calidad. Sin eso no vamos a aprovechar todo el rico magma que se viene... Y ya muchos peruanos estamos preparados, por lo menos de modo empresarial para eso. Quien se siente discriminado en esto es su problema --adultos digo--, pues cada quien debe quererse a sí mismo y no dejar que las presiones estereotipadas de la cultura cohíban la fuerza de adaptación que toda persona debe poseer....
Segunda visión
En el corto plazo de tres años vamos a estar en márgenes de crecimiento recesivos, pues los nuevos venezolanos presionan sobre salud, seguridad y trabajo, una baja en los salarios reales, pero a largo plazo esa ola migratoria es la que va a romper la cultura de enclave que ha dominado nuestra economía desde la Colonia, y que nadie ha querido resolver pues toca privilegios antiquísimos, y en verdad nadie ha sabido ejecutar, pues los intelectuales y la política no han sabido adecuar sus relatos y programas a las mutaciones sociales de las regiones y sus culturas… Los perdedores de todo esto serán las poblaciones que se sientan vulnerables e inferiores ante esta competitividad en todo sentido: y ellos serán las comunidades alto-andinas, y poblaciones que no han podido romper el ciclo de la pobreza en el Sur, el Norte, la Selva y esto es histórico. Y sobre todo esos sectores que han visto la vida como un Estado de providencia que regala todo sin respaldo en productividad real, aunque en esta parte se van a producir muchos conflictos y hasta levantamientos, pues a nadie le gusta el camino difícil en el Perú para superarse. La labor preventiva es reorganizar otro enclave que nadie toca: el modo tan irresponsable como se ha dirigido la cooperación internacional para remercantilizar a las culturas sin que pierdan sus costumbres milenarias. Se ha promovido malamente una idea de modernización como ruptura, y no como evolución de las culturas empobrecidas por ellas mismas, y en eso tienen las ONG mucha responsabilidad pues solo discuten en conversas lo que aplican erradamente…
Penúltima visión
Así que ha recolocarse, y mirar todo como emprendedor. Solo hay un escollo el 2021; sea como sea no puede entrar ni la izquierda, ni los fujimoristas, pues este salto en capital generado lo pueden volver a lo que está pasando en Venezuela o sea querer aprovechar el disparo de la economía para generar gigantescos programas sociales que desincentivan el esfuerzo y la innovación técnica y reproduzcan la cultura de la pobreza, o el populismo clientelar y delincuencial muy vil que potencie un narco Estado, que es el sueño de los militares, y de altos intereses geopolíticos por liquidar a nuestra nación… Y otra cosa hay que restringir que puedan ser funcionarios del Estado, pues el venezolano pertenece a una comunidad a la que le han hecho creer que es superior por décadas, y eso no es cierto; de lo contrario, no hubieran permitido un Chávez y a su discípulo Maduro. Hay que evitar que se muevan en nuestra cultura como una comunidad de interés especial, y eso por una razón muy pragmática: en toda ola migratoria hay un tráfico de intereses políticos que hay que saber diluir en nuestra cultura política, si no pueden haber divisiones que alienten más los odios soterrados que nuestra democracia no sabe procesar de modo intercultural… Así que a aprovechar el impacto de los venezolanos, pues ellos la tienen clara, y pueden tranquilamente hacer lo mismo con nosotros en cualquier momento. Y por fin podamos tejer poco a poco una nación y en Estado más soberano de avanzada. Una nación plurinacional donde el derecho se pague con el esfuerzo en trabajo duro, disciplina, método y conocimiento cada vez más aplicado. Este escenario no será fácil de recorrer, pues en mucho depende de cómo cada cultura esté dispuesta a evolucionar y saber permanecer sin tener que renunciar a poner reglas claras al inversionista de todos los lugares y convivir con la negociación y los cambios abruptos del capital. Recuerden, se viene una gran crisis global y el país tiene enormes condiciones para ser un espacio de atracción de la fuga de capitales, y de las recolocaciones geopolíticas de la economía global. El partido que lea esto será el que esté más organizado y que conozca de modo histórico y genético al Perú y a su gente.
Ronald Torres Bringas
Sociólogo y escritor
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UNA MIRADA DESDE LA
SOCIOLOGÍA POLÍTICA DE LA INMIGRACIÓN
Con esta cara de extranjero,
He recorrido mil caminos,
Sin saber dónde iré a parar
Georges Moustaki
Para nadie es un
secreto que la agenda política oficial es direccionada por los célebres poderes
fácticos, que en nuestro país son algunos grupos de poder con alta performance política. De este modo, los
gobernantes "nacionalistas", "patriotas", que prometen
"honradez, tecnología y trabajo" no pueden escapar por más
que quieran de este
direccionamiento y práctica de clientelismo. La Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep),
el Instituto Peruano de Economía, el grupo El Comercio, entre otros, son estos
poderes fácticos que dirigen y trazan las grandes líneas de la política
económica del país. El libro de Francisco Durand, Cuando el poder extractivo captura el Estado. Lobbies, puertas
giratorias y paquetazo ambiental en el Perú (Oxfam, 2016) nos puede ayudar
a comprender esta manipulación política y mistificación que se lleva a cabo,
definitivamente, siguiendo las tendencias globales del mercado configuradas
desde los grandes centros de poder mundial (el Perú es irrelevante, junto con
el llamado "patio trasero" de EE.UU.).
La ola de fuerte
inmigración que se viene produciendo actualmente debe ser vista en este
contexto. No es casual que hayan sido gobiernos de derecha liberaloide los que
han mostrado esta apertura tan inusitada y vasta, por decir lo menos. Los
decretos supremos, las resoluciones ministeriales, etc. emitidos en los últimos
meses del 2018 no hacen sino facilitar las condiciones para que los miles de
inmigrantes se inserten adecuadamente en el mercado laboral[1].
Una suerte envidiable, ciertamente. Se debe añadir un supuesto discurso
“humanitario y democrático” del que hacen eco los politiqueros demagogos de
siempre y el esperpéntico Grupo de Lima, integrado por gobiernos de derecha y
de ultraderecha. Estos gobiernos son muy valientes a la hora de criticar a un
régimen autoritario y contrahecho como el venezolano, pero se hacen de la vista
gorda, junto con sus adláteres de la tristemente célebre “izquierda
democrática”, si se trata de criticar la prepotencia cuando
no crímenes abyectos, de Trump, sus amigotes de la OTAN y su socio estratégico
Israel. Por supuesto, los abusos y los exabruptos cometidos por las grandes
mineras en Cusco, Apurímac, Arequipa, etc. no hacen mella en estos valientes y
demócratas políticos. La labor de periodistas independientes como Vidal Merma,
en Espinar, y de sociólogos investigadores como José Lapa[2] es
encomiable y debe inspirar a activistas y “progres” de Lima, incluyendo a
algunos libertarios que se dedican sistemáticamente a verse el ombligo y a
rumiar inquinas personales.
¿Nacionalismo? ¿Qué nacionalismo?
Si algo positivo ha tenido el nacionalismo
en el mundo ha sido la liberación de los pueblos del nefasto colonialismo
secular en el siglo XX. Las luchas de liberación en la India, Argelia, Vietnam (Indochina),
Congo, Sudáfrica, etc. costaron miles de vidas y muchos sacrificios para esos
pueblos. Los libertarios debemos ver con admiración el sentimiento de entrega y
la lucha decidida de estos valientes pueblos. Pero esto no nos lleva a dejar de
criticar sistemáticamente al Estado-nación como un constructo sociohistórico,
surgido a causa de la rapiña, el asesinato masivo y la exterminación casi total
(en algunos casos) de los pueblos originarios y etnias asentadas en territorios
codiciados. Los Estados de Perú, Chile, Argentina, Brasil, etc. tienen una
deuda histórica con los pueblos originarios y tribales asentados en sus
territorios. Los Estados europeos no son los únicos, como antiguas metrópolis, que
cometieron pillaje y crímenes atroces a gran escala. Todas las sublevaciones
indígenas del siglo XIX y comienzos del XX fueron reprimidas sangrientamente
por el Estado peruano. Una de las más célebres fue la liderada por Teodoro
Gutiérrez, Rumi Maqui, en Puno en 1915. Y fueron agentes del Estado peruano los
que, por esos años, masacraron a obreros, sindicalistas y campesinos en Talara,
Negritos, Chicama, Huacho, Lima, etc. La conquista de las 8 horas en el Perú
costó la vida de miles de trabajadores a lo largo del país (en otros lares fue
similar). Eso lo tenemos presente.
La inmigración
masiva de venezolanos puede ser la solución a los ruegos de la Confiep y los
empresarios emprendedores (bajo el régimen de la microempresa), que buscan
desde hace tiempo elevar la productividad para aumentar sus tasas de ganancia y
poder “sobrellevar” la situación insostenible de los altos costos laborales que
deben soportar. Todos estos patriotas empresarios darían lo que fuera para
regresar a los 90, contexto político-económico en el cual reinaban la mano dura
(y corrupta) del Mesías y las medidas de liberalización del mercado laboral
(más flexibilidad laboral para los empresarios, mercantilismoy clientelismo desde
el Estado, política del garrote para los trabajadores, particularmente para los
sindicatos). La mayor eficiencia y eficacia que eventualmente puedan demostrar
los trabajadores venezolanoscon respecto a los locales serán indicadores
valiosos para los empresarios. Para algunos gurús económicos, las tendencias son
claras: “En el Perú, la productividad laboral es baja y heterogénea, mientras
que los costos de crear empleos formales son muy altos. Así, muchos trabajadores
quedan excluidos del sector formal y, por ende, no gozan de los derechos y
protección social que, supuestamente, el Estado garantiza”[3].
En este punto merece
destacarse el caso de los llamados “parques industriales”, que presentan una
alta productividad y tienen una analogía con los business clusters y hubs que
proliferan en los países ricos. En el Perú, un parque industrial importante se
localiza en Villa El Salvador, donde el 16 de marzo de 1998 se inauguró la I
Feria del Mueble. Al año siguiente, en julio, se llevó a cabo la Feria Expopyme
(de la pequeña y mediana empresa), que logró ventas por 1.5 millones de dólares[4].
No es el único caso, ciertamente, de parque industrial y de alta rentabilidad.
De chivos expiatorios y
río revuelto
El miedo, la
aprensión y la xenofobia que actualmente sienten miles de peruanos han sido
soliviantados por repudiables actos criminales de algunos extranjeros. Una
falacia de generalización apresurada se yergue y todos los venezolanos (o,
eventualmente, colombianos) pasan a convertirse en criminales y sujetos
vituperables. Esta mistificación ya la hemos visto varias veces a lo largo del
siglo XX, en contextos especiales de grave crisis económica y política (el caso
más infamante fue el de Alemania entre 1920 y 1940, aunque no fue el único).
Es decir, los
verdaderos responsables de las crisis socioeconómicas y de la inestabilidad
política en nuestro país son relevados por los despreciables inmigrantes.
¿Antes de que llegaran los inmigrantes acaso no existían males endémicos y
problemas sociales como el racismo, el peculado, la corrupción, la violencia
urbana sin control yel clientelismo? ¿Los inmigrantes tendrán un impacto significativo
en la economía peruana? No debemos soslayar la alta tasa de informalidad. Nosotros
hemos identificado a los verdaderos responsables desde hace mucho tiempo: los
políticos corruptos y mercantilistas, junto con sus socios de la Confiep, los
periodistas venales, la gran prensa defensora del “libre mercado” y de las
corporaciones, los jueces corruptos, los policías cómplices y hasta integrantes
de las bandas de hampones, etc. Por lo tanto, estamos hablando de un Estado que
otorga grandes privilegios a grupos particulares y conforma una casta
parasitaria y burocrática que vive a expensas de los contribuyentes, o sea
todos nosotros, los trabajadores.Esto ya fue analizado, desde una concepción
libertaria, a comienzos del siglo XX[5]. Asimismo, Alfonso Quiroz ha estudiado el
fenómeno de la corrupción como parte de la estructura básica de la sociedad
peruana. Quiroz ha develado también las componendas entre
la clase empresarial y el régimen de Fujimori: “La formación de redes de
corrupción en la década de 1990 tuvo conexiones estratégicas en el sector
privado. Los fondos para el soborno se reunían considerablemente de este
sector, el cual brindó, a la maquinaria de Montesinos-Fujimori una fuente importante
para corromper y dominar la estructura de poder. Estos intereses privados
buscaron activamente favores y protecciones especiales, se opusieron a
regulaciones efectivas y tomaron parte en redes de corrupción encubiertas. Importantes
cabildeos o lobbies económicos
prestaron reiteradamente su respaldo a un régimen que prometía conservar un
ambiente de negocios exageradamente desregulado y parcial para algunos grandes
intereses”[6].
¿Por qué no se van del
país?
Por supuesto que los
extranjeros que vienen a cometer fechorías y a atentar contra la propiedad
privada de los ciudadanos peruanos deben ser expulsados ipso facto. Pero reiteramos que la corrupción y el peculado han
tenido grave impacto en nuestra sociedad. De este modo: “Durante el decenio
1990-2000, las élites económicas operaron con un sistema de control indirecto
en asociación con el presidente Alberto Fujimori, quien reforzó los poderes del
Ejecutivo, (…) y adoptó una legislación promercado”[7].
Lo terrible es que miles de escuelas, hospitales, postas médicas, carreteras y
diversa infraestructurase han dejado de construirse debido a esta dilapidación millonaria
de los recursos públicos en las décadas pasadas. Algunos responsables están en
la cárcel y ninguno es venezolano.
J. N. Gamarra
Escritor, editor y gestor cultural
Escritor, editor y gestor cultural
[1]
Por ejemplo, la Resolución de Superintendencia N° 0000165-2018-Migraciones, del
12/05/2018, regula la entrega gratuita del “Acta de permiso de trabajo
extraordinario provisional” para los miles de venezolanos, ayudándolos a
insertarse ipso facto en el mercado
laboral peruano, incluso antes de obtener el permiso temporal de permanencia
(PTP). La mencionada acta permite laborar al extranjero por el plazo de 60 días
calendario, susceptible de prórroga automática, hasta que se les entregue el
PTP. Estas facilidades ciertamente ya las quisieran todos los demás
inmigrantes.
[2]
LAPA, José. Lo que los ojos no ven.
Capital minero, hegemonía, represión estatal y movimiento social en el Valle de
Tambo de marzo a mayo de 2015: el caso del conflicto Tía María en la región
Arequipa. Lima, Arteidea editores, 2017.
[3]
SAAVEDRA SOLANO, José Carlos. “En el Perú, la productividad laboral es baja y
heterogénea, mientras que los costos de crear empleos formales son muy altos”.
Entrevista. En: Soluciones Laborales,
N° 96, Lima, diciembre de 2015, pp. 126/127.
[4] http://www.amigosdevilla.it/historia/cronologia03.html
[5] Véase:
GONZÁLEZ PRADA, Manuel. Horas de lucha. Lima,
Mantaro, 1996.
[6] QUIROZ,
Alfonso W. Historia de la corrupción en
el Perú. Lima, IEP, 2013, p. 483.
[7] DURAND,
Francisco. Ob. cit., p. 18.