ENTRE LA TRADICIÓN Y
LA POSMODERNIDAD. BREVE ESTUDIO SOBRE LA POESÍA PIURANA DEL SIGLO XX Y
COMIENZOS DEL SIGLO XXI
Canta en mí poesía
Que al menos mis voces
No queden rezagadas
Armando Rojas
Introducción
La
poesía producida en Piura en el siglo XX tiene tres vertientes bien definidas:
una de raigambre claramente popular; una segunda, de extracción proletaria; y
una tercera, de estirpe culta o letrada. De este modo, una cultura
alternativa, no oficial, se eleva por encima de tendencias modernizantes y
capillas literarias.
Justificación
Debido a los tiempos vertiginosos actuales, al
parecer resulta anticuado hablar de tradiciones culturales, mitos y costumbres
arraigadas. No obstante, cuando nos referimos a la cultura de una colectividad
o comunidad particular, debemos apelar a esta cohorte de sensibilidades y
tradiciones inmemoriales. Se trata de “un proceso continuo de sustentación de
una identidad mediante la coherencia lograda por un consistente punto de vista
estético, una concepción moral del yo y un estilo de vida que exhibe esas concepciones
en los objetos que adornan a nuestro hogar y a nosotros mismos, y en el gusto
que expresa esos puntos de vista”(1).
La mitología no estaría del todo obsoleta, después de todo. Así: “Los mitos
están tan íntimamente ligados a la cultura, momento y lugar, que si los
símbolos, las metáforas, no son mantenidos con vida mediante una constante
recreación en las artes, la vida simplemente se aparta de ellos”(2).
Por consiguiente, lo que se busca con el presente
trabajo es reivindicar la piuranidad, entendida como el conjunto de tradiciones
culturales, sabiduría popular y sensibilidades arraigadas. De algún modo,
tradición y posmodernidad se entrelazan sin rubor: “El piurano aprecia el
pescado. En el fogón de los campesinos pobres menudean cachemas y caballas
recubiertas de cebollas, ají y jugo de limón. (…) En Piura no hay institución
más democrática que el chicherío. Ahí convergen atraídos por el aroma de la
cocina los que tienen y los que subsisten a la de Dios. (…) Más de un hacendado
sucumbió a las delicias de una buena cocinera. Cocineras y chicheríos son parte
de la añeja tradición piurana”(3).
Poesía
piurana en el siglo XX
Para
Carlos Robles Rázuri, las vanguardias literarias de comienzos del siglo
influenciaron notablemente la poesía piurana hasta antes de la década del 60. Es
en el poeta Juan Luis Velásquez “en quien más se advierte la influencia
modernista”(4).
Velásquez
incluye el poema “Piura”, con claras reminiscencias del terruño, en su libro El
perfil de frente (1924):
Qué
soledad sin soledad siquiera.
Qué trincheras
tan altas sin altura
Contra
quien jamás le hiere el plomo.
Qué
gente tan llena de recodos
enlodados
en este desierto sin lluvias
ni
rastrojos.
Qué vida
tan al cielo raso
ante
este cielo alto franco y claro
de
primavera!
En el
siglo XX, la poesía piurana se bambolea entre la modernidad y la tradición.
Existen notables representantes que conjugan estas dos vertientes. La poesía
regionalista de Enrique López Albújar, plasmada en De la tierra brava.
Poemas afroyungas (1938), es un ejemplo de ello. “Sullana” es un elogio
vibrante de la modernidad:
Tropicalmente
perezosa y como fascinada
por el
acuático espectáculo de un río inmenso,
al fin
te has levantado y has roto
tu
secular encantamiento;
al fin
has comenzado a desentumecer tus músculos,
ávidos
de la divina sensación del esfuerzo
y ha
sido tu sacudida tan violenta
que has
removido todo lo que circunda tu asiento,
desde
las serranas alturas
hasta
las soledosas pampas y los paiteños puertos,
y tus
palpitaciones han repercutido
en el
mismo corazón de ecuatorianos pueblos.
Dejaste
ya tu paso de tortuga
Por el
galope del motor. En tu pecho
Te ha
prendido una rosa el entusiasmo
Y ha
comenzado a acariciarte el ensueño.
La
cumanana, practicada sin reservas en Yapatera, es cincelada por la oralidad y
tiene entre sus principales difusores a Nicomedes Santa Cruz y a Fernando
Barranzuela. De raigambre netamente popular, la cumanana tiene notorios
elementos de crítica social. De esta manera: “En una sociedad dividida en ricos
y pobres, lo popular es innegablemente la cultura de estos últimos. En una
sociedad dividida, las clases acomodadas elaborarán una cultura que sirva a sus
intereses, satisfaga sus propias necesidades y coadyuve a legitimar el presente
estado de cosas. Asimismo, en los estratos bajos se gestará una cultura
distinta que refleje las condiciones de discriminación, explotación y
pobreza que las grandes mayorías padecen”(5).
Un
clásico de la poesía piurana es Romancero piurano (1965), de Teodoro
Garcés. Los míticos barrios de la Mangachería y la Gallinacera están retratados
en sus esclarecidos romances.
La Mangachería
“Mangachería
rabiosa,
Mangachería
infernal”
te cantó
Mazantinito
cuando
aquí vino a torear.
¡Motivos
tuvo el torero
cuando
lo hicieron cantar
esa loca
marinera
que
Piura no ha de olvidar!
Eran los
famosos tiempos
en que
para enamorar,
una
triste serenata
se tenía
que entonar,
y antes
que el mozo a la moza
la
llevara ante el altar
si la
quería de veras
la tenía
que raptar.
La Gallinacera
Barrio
La Gallinacera
de la
Plaza hasta el Camal,
con
negros de rompe y rasga,
zambas
buenas como el pan,
cajón,
guitarras, tondero,
“claro”,
“chavelo” y tamal.
Elvira
Castro de Quiroz, Gladys María Pratz, Libertad Orozco, Carmen Arrese, entre
otras, se han destacado en un medio patriarcal y han sabido conjugar la
labor poética con el trabajo de promoción (y gestión) cultural.
Las
luchas reivindicativas de los trabajadores talareños durante las tres primeras
décadas del siglo XX, en el contexto de enclave económico y de predominio
indiscutible de la International Petroleum Company (IPC), la cual inicia sus
actividades en 1915, serán plasmadas en los poemas del grupo Liberación,
surgido en Talara en 1956. Este grupo estuvo integrado por Emilio Saldarriaga
(conocido como el Poeta Mayor), Eusebio Arias Vivanco, Danilo Valladares,
Agustín Silva Ancajima, Juan Palacios Moscol, Eduardo Farro Castillo, Lina
Burneo Seminario, entre otros. El ejemplo imperecedero del mártir proletario
Alejandro Taboada Crisanto, asesinado en junio de 1931 por esbirros de la IPC,
es inmortalizado en “Elegía a Alejandro Taboada”, de Emilio Saldarriaga, un
texto emblemático. Por consiguiente, la extracción proletaria es innegable en
Liberación. Una antología representativa del grupo es Poetas petroleros:
primera antología talareña (1961).
Para
Víctor Mazzi, los escritores proletarios pueden serlo “tanto por su origen
social o por su posición ideológica”. Por consiguiente, se trata de expresar y
comunicar “la vivencia y experiencia de la cuestión social y política de la
clase obrera, cuya naturaleza siempre entrañe y perfile una fisonomía clasista
en tanto se halle la sociedad dividida en clases”(6).
Los
poetas piuranos, egresados de universidades nacionales y privadas, así como de
instituciones pedagógicas (tanto en Lima como en Piura), conforman un grupo
letrado diverso. Históricamente, el grupo intelectual o letrado cuenta con un
prestigio innegable y diferenciador. Sus miembros han cumplido una función
social primordial: “Les correspondía enmarcar y dirigir a las sociedades
coloniales, tarea que cumplieron cabalmente. Incluso lo hicieron los poetas,
a pesar de ser solo una pequeña parte del conjunto letrado, y aun lo siguieron
haciendo por un buen trecho del XIX independiente, hasta la modernización. Más
aún, debe anotarse que la función poética (o, al menos, versificadora) fue
patrimonio común de todos los letrados, dado que el rasgo definitorio de todos
ellos fue el ejercicio de la letra, dentro del cual cabía tanto una escritura
de compra-venta como una oda religiosa o patriótica”(7).
A partir de 1960, los
flujos migratorios y la modernización capitalista van a configurar tendencias
que van a ser apreciadas en la literatura peruana. Los poetas piuranos, sobre
todo los que emigraron, no estuvieron exentos de estos cambios socioculturales.
El poema “San Miguel de Piura”, de Marco Martos, ejemplifica este proceso
social:
A la
hora del regreso el sol reverberaba
sobre
los médanos y en llegando al recodo
del
camino que divisa a la Cruz del Norte,
bajo la
sombra benéfica de los sauces,
los
pequeños pudimos sumergirnos
en el
río suavísimo y verdoso.
¡Han
pasado años de años!, ¡me he mezclado
en
tantas cosas!, y ahora que el sol
reverbera
sobre el asfalto, no extraño
a esa
patria, distante y diminuta.
O tal
vez la extraño y por eso escribo.
Importantes
poetas piuranos nacidos entre 1942 y 1956 han cumplido este ritual modernizador
(Alberto Alarcón, Armando Arteaga, Armando Rojas, Rosa Carbonel, Eduardo
Urdanivia, Gustavo Armijos, Roger Santiváñez, Marco Parra, etc.).
En las últimas
décadas ha surgido en Piura una diversidad de voces, en un contexto de
globalización y posmodernidad (sociológicamente hablando). El uso extendido de
las nuevas tecnologías de la información y comunicación, unido al impulso de
las editoriales independientes, ha significado una oportunidad enorme para
muchos poetas y grupos literarios de jóvenes (Plazuela Merino, Ángeles del
Abismo, etc.). Por otra parte, las revistas literarias y los blogs también se
encargan de difundir a los nuevos poetas. José Díaz Sánchez, Jorge Castillo
Fan, Luis Eduardo García, Julio César Salvador, Fernando Casanova, Lelis
Rebolledo, Ricardo Musse, Erika Aquino, Cielo Bardales, Miguel Hernández
Sandoval, Fabián Bruno, Mario Morquencho, etc. conforman las últimas
promociones de poetas piuranos que vienen dando que hablar, tanto en Piura como
lejos de ella.
Bibliografía
BELL, Daniel. Las
contradicciones culturales del capitalismo. México, Alianza Editorial,
1994.
GARCÉS, T. Romancero piurano. Lima, Editorial
La Confianza, 1965.
GARVICH, Javier. “Las diversas caras de lo popular.
Canon literario, cultura popular e imaginario nacional. Apuntes para un mapa de
lectores peruanos”. En: El otro margen. La literatura peruana: una visión
desde adentro. Lima, Arteidea editores, 2007.
GONZÁLEZ
VIGIL, Ricardo. Poesía peruana siglo XX. (T. I). Lima, Ediciones Copé,
1999.
MAZZI,
Víctor. Poesía Proletaria del Perú
(1930-1976). Lima, Editorial Jurídica, 1976.
RAMA,
Ángel. La ciudad letrada. Montevideo, Arca, 1998.
ROBLES RÁZURI, Carlos. “Panorama de la literatura
piurana”. En: Prosistas Piuranos. Lima, 1958.
Márlet
Ríos
Escritor
e investigador talareño
SIETE POETAS PIURANOS
Gladys
María Pratz (Catacaos, 1928-Lima, 2019)
Poeta y compositora
piurana. Integró la asociación cultural Tallán. Publicó los siguientes libros: A ti hombre que pasas (1956), Así naturalmente como el ave y la pasión (1987),
Fuego y sombra (2001), El canto y la rosa (2007), Libro de Haikus (2004). Su vals Como
una rosa roja le dio fama internacional. Fue regidora de Cultura y Turismo
de Miraflores desde 1996 hasta agosto de 1999.
Rosa
de fuego
Vino a libar el colibrí ambrosía
De la eterna rosa que extasiaba
Y en el pétalo rojo el fuego anclaba
Y el colibrí sediento lo bebía
Tan ardiente era el fuego y no quemaba
Y tan bella la rosa y no aturdía
Una rosa incólume colmaba
Del colibrí las ansias que tenía
Y el amor bebió el fuego eterno
En el tierno recinto de la rosa
Y en un suspiro destruyó el infierno
Y el colibrí de tornasol y luna
Enamorado de la mariposa
Hizo real su magia y su fortuna.
Morir
Muerte cuándo vendrás tarde o
temprano
Cuando el invierno luzca entre la frente
Y el sol de la mañana esté en poniente
Cuándo por Dios extenderás la
mano
O acaso escogerás cualquier profano
Momento de la vida impenitente
Cuando la primavera en luz ardiente
Aguarda por las dichas del verano
Muerte que estarás allá esperando
Donde menos lo piensen escondida
Juégate limpia la partida
¿quieres?
Y así cuando la vida estén amando
Alza las rosas áureas de la vida
Y olvidar de ilusión lo real que eres.
Soy
mujer
Me cimbro en la cintura de la vida
y me acuno en el nido de la raza
alumbrados los dedos de mis manos
untados con la miel de tu caricia
se vuelven fuertes
tengo los ojos puestos en la aurora
y mis piernas caminan tu distancia.
Soy mujer nacer
en el dibujo de mi padre
con este cuerpo azul perfil que alcanza
y tener el destino inigualable
de amamantar y continuar la vida.
Soy mujer novia amante
de la azucena y la granate rosa
que me prestan su luz para besarte
y tengo entre mis brazos
en la forma precisa del ensueño
la forma de belleza de mi hijo.
Anidan en mí cóndores que rasgan
el firmamento preguntando cómo se da
el milagro entre mi carne pálida
y matiza mi rostro y mi sonrisa.
Soy mujer azucena amanecida
o abierta amapola bella extática
pero siempre dorada por la vida
aunque muera infinita y solitaria.
Me despierto en tus ojos
y mágica me vuelvo para amarte
camino entre mis brazos tu cintura
y la cintura misma de la tierra
se siente amada
hay un extraño fulgor en mis entrañas
hay un extraño fulgor de flor mujer
que nace cuando ama
y se funde en la vida
y más allá en la célula principio
donde la vida nace
donde Dios está quieto y aguardando
Soy mujer
soy principio del destino
soy fuente de dolor y de esperanza
soy realidad que alcanza al infinito
y materia que a flor de tierra pasa.
Soy mujer i Dios mismo
para ser madre me bordó la entraña
soy la puerta que une el infinito
con el cuerpo mortal y necesario.
Soy mujer gracias a Dios
elaborada en un laboratorio de esperanza
mis manos se levantan hasta el cielo
y mis pies son dos árboles que guardan
las raíces troncales de la vida.
Marco Parra Lizano
Nació en el distrito de Sapillica, Ayabaca el
18 de junio de 1944. Es poeta, dibujante, pintor y escultor. Integrante de la
promoción de 1970, de la Escuela de Bellas Artes. Doctor en la especialidad de
optometría. Estudió Educación por el Arte en la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos. Escribe poesía desde la tierna edad de 5 años. Publicó su primer
libro, Poemas del amor sangrante, en 1964. En 1975 publicó el libro de
temática erótica El pájaro entre las piernas. En 1985 apareció una selección
de su poesía lírica, Poemas de amor. De 1990 es su Antología de sus
poesías para niños. Promotor de la revista de cultura y política Lo que
importa es el hombre.
Amante de la naturaleza y protector del medio
ambiente, es admirador de las obras de Gabriel García Márquez, Pablo Neruda y
Ernest Hemingway. El viernes 11 de agosto del presente se le tributó un
homenaje en vida en la Alianza Francesa, por escritores de diferentes
generaciones y por el Movimiento Cultural Internacional Ergo.
La
Queta
La
Queta, la gata, se ha puesto alpargata,
Y
anda contorneando su cuerpo ligero;
Maullando,
maullando, se alisa el moñero
Para
que la miren las otras dos gatas.
La
Queta, la gata, la gata coqueta,
Ronronea
y pule su hocico bullero,
Y
en varios ronrones, en canto maullero,
Le
hace dúo a coro, un gato maceta.
La
queta se ha puesto faldón de baqueta,
Esmirriada
observa su talle fiestero,
y
lanza un maúllo en son lisonjero,
pidiendo
le pongan también su chaqueta.
Tiene
hambre la Queta, igual que la Cata,
Y
también la Teca, hambre mañanero,
Porque
no pudieron con tanto aguacero,
Tomar,
aunque sea su caspiroleta.
De
todos los gatos, la Queta con bata,
Aloca
a los gatos de todo el alero,
Y
se armó un terrible bullón callejero,
un
día en que la Queta estuvo calata.
A
una gata loca que se llama Cleta
y
vino de un barrio medio alcahuetero,
le
dijo la Queta: "Este barrio es serio,
Así es que
te pido que seas discreta".
Pero,
como vino la gata Anacleta,
que
entró de la puerta, por un agujero.
Siendo
inescuchable el pregón bullanguero
Les
tiró la Magda con una chancleta.
A
la Queta un gato le da serenata.
Maullando alegre, su canto certero.
Pero dicen que ante tanto maullero.
Lyssetty y mi Grötte: "Ya no den más lata".
De noche, la Teca, la Cleta y la
Cata
tienen amoríos de marzo a febrero.
Y le dan su fiero abrazo arañero
Marrufo, Runfuño y el gato Chaveta.
La vida gatuna
nos muestra la Queta,
Que pasa y repasa
en un desespero,
De brincos y saltos
por despeñaderos.
De techos,
pelando a otros gatos, la jeta.
La Queta,
la gata, se ha puesto alpargatas,
chaqueta
y anteojos. Con mucho amanero,
para, entre los gatos,
con salsa y salero,
ser ella, la Queta,
la más bella gata……
Las vacaciones
¡Llegaron! Lyssetty,
Ya, las vacaciones;
No estudiarás tanto
Las largas lecciones.
De tu niñez goza
Feliz esta instancia,
Porque solamente
Se tiene una infancia.
Con Grötte jugando,
Te irás por el campo,
a las ardillitas
o al hipocampo.
Buscando los nidos
De los pajaritos,
Feliz con tus tías
Y tus abuelitos.
Con Camucha y Tere,
Con Kelly y “Pelada”,
jugarás la chepa
y a la pupujada.
Juega con muñecas
y salta a la cuerda;
(reza a Dios, no
olvides,
Que Él de ti se
acuerda).
Feliz en el vóley,
Feliz en piscinas,
Con tus amiguitas;
Las dulces vecinas.
Corre, salta y brinca,
Ríe absorta, lela
Para que regreses
Feliz a la escuela.
Ya no hay Vacaciones;
Terminó ese arpegio,
Pero tú regresas
feliz al colegio…
Las mariposas
Las mariposas van por
el campo
Volando sobre las
flores
Y se confunden sus
alas
Con tantísimos
colores.
Pequeñas alas
volantes,
Ángeles de tierra y
cielo;
Parecen flores
flotantes
Cuando levantan el
vuelo
Las mariposas son
flores
Volando de rama en
rama
Y donde se posa alguna
La bella se encarama.
Sus finas alas son
seda
Y su cuerpo terciopelo
Que fingen en la
arboleda
Dos hojas de tul y
velo.
Las mariposas hermosas
Pequeñas cometas
bellas;
Sed como ellas,
candorosas,
Niñas, apréndanlo de
ellas.
La sirena del mar
El mar se violenta
prontamente
una carcajada de vacío
sus olas encierran.
Hasta mí llega el
murmullo del mar;
un susurro intangible
una voz apagada
murmura una canción.
Hasta mí llega
seductora y cautiva
la sirena del mar
en las olas eternas...
Luna
Ha sido en esta noche:
Se ha ocultado la luna;
más allá de la puna.
En la noche moruna,
Allá en el horizonte,
Está detrás del monte.
Luna, lunita mía.
Luna, lunita llena,
Que te perdí un buen
día.
Vamos, vamos, sé buena
No aumentes mi pena
Vuélveme mi alegría.
(pero esta luna es
necia
Y se pierde en el
monte,
detrás del horizonte).
Marco Parra Lizano, diciembre 2023.
Armando Rojas
Adrianzén (Huancabamba, 1945-París, 1986)
Fue docente de
Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Desde 1978 hasta su
muerte dirigió, editó e imprimió la revista de literatura Altaforte con
textos en francés y español. En 1981 fundó los cuadernos de poesía Quipu.
Publicó Bosques (1973), dos volúmenes de poesía titulados S & Q
(1975). También Tras la breve luz del día (1979) y El sol en el
espejo (1983). Sus poemas
aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía
piurana contemporánea y en Poetas del algarrobo (2017). Antología
poética (2019).
El sol en el espejo
Una tarde. Un fresno
se inclina inexorable;
la fronda que se
instala.
A contrafuego, abajo,
el muslo;
atada la muñeca
desatada en lo fugaz del óleo.
Va a llover; cielos
furiosos, verdes.
Una tarde no como
otras.
Ni tú ni yo mas los
murientes reinos en los ojos
y un frío en las
entrañas.
Una tarde poblada de
lanzas, de tambores
y de más cerca el
desgarrado giro de los ópalos.
Tinieblas. Soledad. Se
adormece el acerbo
De más en más ceden
los mármoles.
Tu rodilla sitia el
corazón del suelo.
Un llorar en la
piedra; más adentro, en el túmulo.
Brasas. La carne
duele.
La pavesa ligera
traspone la muralla.
Se escuchan trinos.
Argucia de lo oscuro.
Nunca es mañana
mas la memoria del sol
en el espejo.
No amanece y abres la
ventana.
Nunca sorprendes las
vírgenes leonadas.
Hoy siempre hoy bajo
amargos ojuelos.
Aunque fustiga el
viento muy temprano
dominas ángeles y
bestias.
Presencia de las
tinieblas
cruzan pálidas nubes
antiguas aves surcan
sus cielos
antiguos y ornados de
excrementos
al apoyarnos en la
tierra
y divisar astros de
metal
ríos enloquecidos
o vueltos a la ciudad
abres
los ojos
el cielo arrebatado
celebra la victoria
detente
nada es tuyo
entrar ni salir te
pertenecen
un martillo no ceja
y a tu espalda golpea
no vaya a ser estemos
locos
yendo y viniendo entre
fantasmas
ascendiendo y
descendiendo
con un palo en la mano
Movimiento final
solo después el viento
y sus flancos
vibraron no
resistiremos cantos de ceniza dentro
fuera arrójalos no
podemos dormir
quién soportará
subimos en primavera
largos años en las
colinas
y rodamos
al extremo del otoño
ni un canto de lechuza
alumbraría
por montes pelados habremos
vivido un negro rayo
de comienzo a fin pero
llegamos o partíamos
nunca lo hubiéramos
sabido
el viento golpeó el
terror golpeó
y volvimos
al principio del ave
y después al agua nos
sostiene los huesos brillaron
y vino el cielo no lo
reconocemos habríamos vivido
fuera palabras vueltas
y vueltas no tocar
no podíamos bosques de
leche estrellas en la frente
día y noche buscamos
no ver
hacia nuestro propio
centro
y despuntó belleza
dame tus alas aunque cayeran nubes
cruzamos anillos de
luz regresando
el viento habría
volado
y si la palabra vuela
no lo sabíamos
restos de cielo nos
abandonamos
fuimos o soñábamos.
Pequeña música
nocturna
ven noche abre tus
costados
vibre el monte
ilumine
desciendan tus alados
deseos
y tu cabeza y mis
tetillas rocen
abajo encima brillen
si la música sostiene
y fluyen astros
espacios de luz
diluyéndose
sólo para caer
perdurar sobre montes
de sangre
o de leche
al centro de la espuma
el río da su aliento
y mueve el agua su
música
cabrilleando y sus
olas
circundan
mil alitas te atan
sobre la yerba roja
de estrellas
Hernán
Flores (Surpampa, Piura 1947)
Siendo aún muy pequeño,
sus padres de trasladaron a Chulucanas, pueblo al que reconoce como su cuna,
pues allí recorrió sus calles desde el aprendizaje de las primeras letras hasta
la secundaria.
Sociólogo graduado en
la Universidad Nacional del Centro en Huancayo. Magíster en Administración y
Gerencia Social en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Ha sido
columnista en los diarios La Voz y Correo de Huancayo, Unidad, Momento, El Nacional, Cambio, Liberación, entre
otros. A nivel cultural, en Huancayo
desarrolló una intensa actividad. Con el poemario Estaciones Humanas (inédito), obtuvo el II lugar en los Juegos
Florales de dicha casa de estudios. Fundador de los grupos culturales y
musicales Warma, Agua Fresca y Kullak Teatro. Es autor de los poemarios Alejandra entre los huertos (Edición del
autor, 1977), De la noche al día
(Ediciones Exordio, 1988), Ebriedad de
ser (Arteidea Editores, Lima, 2009). Su obra ha sido compilada en dos
ocasiones en la mítica revista La Tortuga
Ecuestre. Sus poemas aparecen en Como el viento cabalgando al sol.
Primera antología de la literatura de Salamanca de Monterrico (1966-2018).
En la actualidad se desempeña como docente de posgrado en la Universidad San
Ignacio de Loyola de Lima. El Colegio de Periodistas del Perú lo ha distinguido
en dos oportunidades, por su trayectoria docente y el último 2/10/23, en
ocasión del Día del Periodista, se le otorgó la Orden “José Carlos Mariátegui”
por sus 50 años de vida dedicada al periodismo. En su andar por el mundo ha
recorrido países como Chile, Argentina, Cuba, URSS, Grecia, RDPC, Rumania,
Francia, entre otros.
Poema del obligado
Cuando niño llegué con mi padre al mar
Escuché leyendas antiguas de las olas
Que contaban los caracoles.
Bajé con la lluvia
Y me fui con el viento.
Corrí por las calles
Sudando ciudades
Hasta la yerba enloquecida del sol.
Ahora vivo en las montañas
Hablando con las estrellas.
Madre
Doña Carmen María
lejana viejecita mía…
no te vayas a mojar los pies en este invierno.
Ahora ya no goteará la vieja batea
la bendita lavaza de los sábados
no vendrá en su poncho verde el frío de los viernes
ni golpeará el sol a buscarnos el domingo
mientras el viejo algarrobo de mi infancia
deja caer sus hojas amarillas en el patio.
Carmen Valdiviezo Ríos
Carmelina del Carmen
jugoso limón de mis alegrías y nostalgias
ponte tus viejos zapatos y cruza el corral entre los patos
para coger media docena de huevos
allá en el fondo de la casa.
Piensas toda la noche en el almuerzo de mañana.
Mi padre llegará como álamo flaco
echando raíces
con los bolsillos repletos de hambre.
Te envío para tus sueños
mis viejas canciones como plegarias
en tus recuerdos
Perdonarás
sin embargo
Carmelina del Carmen
mi ausencia desde el Valle del Mantaro
aunque mi sopa no se mueva
y mi exacto lugar en la mesa familiar
esté solitario y de sombras ausentes se vista.
La lluvia seguirá estos meses
el alegre algarrobo en el corral
el sol estará dorando las tejas
y yo de golpe brincaré
el zaguán de cuatro puertas
asustándote mi bigote rojo
mis viejos zapatos
mi corbata amarilla
mis medias blancas.
Nada
Atropellada
Dicen
Y ya no la vi más
Socorro Rosales
Desapareció.
De improviso
Y no hicimos nada
Nada
Nada.
Y ya no la vi más
Nunca más.
Quise tenerla tendida otra vez
Contestaron
Se murió
Sí, señor
Hace un mes
Sí, señor.
La tristeza hizo un hoyo en el alma
Y las lágrimas cayeron
Hasta el fondo del dolor.
Espejo
Palpitas toda la noche
Como pesada catedral.
Corres en mis sueños
Con tu vestido azul.
Continúas todos los días
Amarrándome el alma.
Debes estar caminándome
En alguna neurona.
Hazte viento…
Gruta negra
Campana musical
Vuélvete mujer.
Del poemario inédito La
nostalgia de los años (1973-1975).
Solo la noche
Otra vez tus ojos,
pero la misma noche.
La tierra abre su bondad de tumba:
sepulcro tibio
como piedra de verano en el desierto.
Allí
no hay caminos
solo el silencio amado
de los vientos
remolinos
arenas musicales
ciego dromedario de la muerte.
Dónde están las campanas
de iglesias sepultureras
sin sacerdote
de rizos monocordes
con sus historias de lamento
y burla implacable.
La noche
es un lagarto hambriento.
Solo la noche.
(Publicado en Ebriedad
de ser, Arteidea Editores, Lima, 2009. P. 22).
Rosa Carbonel Apolo (Pilares, Sullana, 1951)
Estudió Literatura en la UNMSM, durante 1972-1975.
Obtuvo la maestría en el año 2000. En 1976, con el poemario Para no hacer
cosas desagradables o los días son trocitos de papel logra el segundo puesto
en el Concurso Literario José María Arguedas, organizado por el Centro Cultural
Peruano-Japonés.
Sus poemas han sido publicados en revistas
literarias como Hipócrita Lector, Auki, Ave Destino, Disturbios,
La Tortuga Ecuestre, Ergo, entre otras.
Perteneció al grupo Narración, en una segunda fase,
según testimonio de Miguel Gutiérrez.
En el año 2001, aparece Itinerario (Arteidea
editores), que recoge textos de tres poemarios de la escritora piurana.
Sus poemas han sido incluidos en Ausente ardor de
arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017),
editado por Jaime Gamarra Zapata y Miguel Hernández Sandoval.
Actualmente, es docente en la Escuela de Literatura
de la UNMSM.
paisaje
bandadas de pájaros revuelan la mañana
lejos de su mundo
nerviosos
altivos
chillan sin
cesar
fulgurantes
amarillos
verdes
jubilosos
como naves de cartón
crepitan
empolvan la ciudad
nos arrebatan con su luz
escupen
pintarrajean el aire
excretan sus pesares
nos arrullan
sus recuerdos
despiertan
a propósito de los poetas
somos pájaros
cada cual con
su propio árbol
su único paisaje
su propio medio día
con la honda necesidad de alzar vuelo con
viejas alas
de
papel.
la mosca o cómo hacer poesía
mide el largo de tus patas
el grosor de tus antenas
prepara las alas
mira a tu alrededor
y
cae.
II
bienaventurados
los que luchan
porque de ellos
será la gloria
bienaventurados los
pobres de riquezas
porque de ellos será el reino de esta tierra
bienaventurados los que no hunden la cabeza
porque ellos serán águilas o pumas
bienaventurados los
hambrientos los desolados
los iracundos
que no conocieron infancia
ni tuvieron el sol entre sus dedos
bienaventurados los rabiosos porque alguien los ofende
llamándolos incapaces
y las madres que
sufren
y los niños los
ancianos
bienaventurados los
que
luchan por cambiar el curso
de
esta
historia
monólogo
quieres
un poema que resista la lluvia
y no
puedes hacer un solo verso
ni siquiera
cogerte
los cabellos y gritar
que mañana
es
otro
día
lluvia y poesía
cómo nos ruge el pecho
mientras nada podemos contra este invierno
cómo destornillamos sueños y no sueños
y nada queda por
decirnos
sino adivinar nuestros deseos
porque la lluvia es un barco más
que
avanza
y no
avanza.
Armando Arteaga (Sullana, 1952).
Escritor y periodista. Realizó estudios de
Arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la
Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Estudió en la Academia de Cine, bajo
la dirección del cineasta Armando Robles Godoy. Ha sido crítico de cine en el diario
Expreso. Ha publicado Callejón sin salida, Un amor en que aún,
Terra Ígnea. Poemas suyos aparecen en la antología 10 aves raras de
la poesía peruana (2007). Estudioso del proceso de la literatura peruana.
Miembro fundador del Gremio de Escritores del Perú. Sus poemas aparecen en Ausente
ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea
y en Poetas del algarrobo (2017). Antología poética (2019). Administra
el blog Terra ígnea: http://www.terraignea.blogspot.pe/
Sobre
el tiempo
en
esta selva
no
eres
el
otorongo
tienes
que
vivir:
eres
solo
el
poeta,
no
tienes nombre ni exilio
te
toca describir
lo
duro que es
vivir:
todo
se hace añicos
con
el tiempo
no
eres
el
cedro
el
aljófar
el
congrio
Frangir
la
vida
el
tiempo:
Todo
se hace añicos...
menos
el poema
Contemplación
El
dorso
El
dorso
El
cuerpo femenino
La
nalga
El
puerto
El
viento
Entre
tus piernas
Tu
sexo
Alado
de gaviotas
Una
herida
La
flor negra
Tú
no existes
Difícilmente
Tú
no existes
Pradera
inmensa
Una
ciudad
Espacio
Cadencias
Hembra
que duerme
Dunas
Placeres
terminales
Rostro
limpio
Montaña
desnuda
Playa
azul
La
vida es así
Página
tras página
Desnuda
La
ciudad
El
sueño
Y
el otro sueño
Desnuda
Y
solitaria.
Orgullo
tallán
Mi
abuela tiene su batán
donde
muele maíz
&
ají, que me gusta…
yo
fumo tabaco
mientras
miro la luna
&
pelo cebollas
que
doy a los perros…
La ciudad
Reconozco una ciudad infeliz
lejos del bosque
donde pasé los días de mi desierta
infancia.
Y aunque era triste, habité
sus calles, algo bello.
Reconozco que no fui feliz, ni
encontré
La verdad que me hiciera
encontrarme. Y encontrarte.
Armando Arteaga en recital poético, junio 2023, Centro de Lima.
Libertad Orozco (Paita, 1954)
Estudió Asistencia Social en Trujillo. Ha
publicado el libro Cartas a mi hijo y Niña merluza y otros poemas.
Formó parte de la agrupación Korillacta. Obtuvo mención honrosa en el Concurso
Internacional de Poesía, convocado por la Academia de Letras de Brasil, en
1979. Sus poemas han sido incluidos en Poetas del algarrobo. Antología
poética (2019), libro editado por Víctor López. Actualmente dirige el
Taller
Matiz.
Escrito de rodillas
I
De la violencia caen víboras calcinadas.
II
Fui creciendo con mis huesos rotos
Extranjera en mi propio territorio
Mientras callé hice un arco
Los gusanos siguieron el curso de sus muertes
Y los días eran flechas debajo de mis manos.
III
Oigo tu voz en el espejo rajado
Y de pronto otra vez estoy sola.
Sola en la geométrica arena
Agujereada de estrellas
Y nubes rotas en mi espalda.
IV
Estrepitosos son los sueños
Estrepitosa nuestra vida
Geométrica como el fondo de una campana
Crepitante la ilusión de nuestro destino
Mayúscula soledad la caída de nuestros dones
y en el andar diluido de nuestros pasos
vibra como la ventolina la poesía.
V
En la impertérrita palabra
Se vislumbra la agonía
agua amarga en mis sinos
agua dulce, al alba de mi eco
sombra del amor desterrado
efluvio de los peces dormitan
en el adiós de los olvidos
La soledad calza su zapato
La palabra gladiadora asciende
Palabra de poeta ardiendo.
VI
Vive y que no te calcinen los deseos
Despierta de estas sombras que te apagan
No vegetes en esta tierra de quimeras
Lámparas aguardando en tu sendero
Por ellas y por todos ilumínate.
VII
No me he detenido en el tiempo
He recorrido morada tras morada
Empecé por el fin de los caminos
He sentido sed y la he saciado
Sin fórmulas oscuras ni espejismos
Me dio de sus cántaros la vida.
VIII
Ninguna palabra le robé a tu corazón
Solo inventé el día para soñar contigo
La noche para arrugar nuestros cuerpos.
X
La noche en Piedra del Toro
fue un farol de luciérnagas
un himno de grillos y cucambas
celebrando la fiesta del amor
las mariposas agitan sus alas
en el piano del verano cantor
Tu corazón y el mío viajaron
En el espejismo de las horas
Tu cuerpo iluminó mis sueños
Me quedé veinticinco años mirando
el fondo de tus ojos de ángel cautivo
Viajando en el universo de tu cuerpo
y te amé más que el primer día votivo.
Bajando la luna
La luna lleva atada en el corazón
la forma de una algarroba amarillita
los niños la besan con su amor mojado
de hadas y de cuentos de nácar.
Las cabras sonríen saltando y danzando
en los bosques de chontas y vichayos
el abecedario de la noche en un oasis
como el fuego de las luciérnagas
esparce besos de espuma y diamantina
El cielo tirita de estrellas fugaces
Los algarrobos danzan, dos veces danzan…
La luna es una algarroba blanca.
Con el fondo de un corazón errante.
Un fósforo encendido
En el rojo relucir del crepúsculo
Un barco gris y solitario
un fósforo encendido
dos agujas puntiagudas
escribiendo versos
una gaviota desplumada me mira
me trae peces y redes de goma
y me transcribe los papiros
que el mar delineó
en el estruendo de las olas.
1) BELL, Daniel. Las contradicciones culturales del capitalismo. México, Alianza Editorial, 1994, p. 47.
2) GARCÉS, T. Romancero piurano. Lima, Editorial La Confianza, 1965.
3) GARVICH, Javier. “Las diversas caras de lo popular. Canon literario, cultura popular e imaginario nacional. Apuntes para un mapa de lectores peruanos”. En: El otro margen. La literatura peruana: una visión desde adentro. Lima, Arteidea editores, 2007.
4) MAZZI, Víctor. Poesía Proletaria del Perú (1930-1976). Lima, Editorial Jurídica, 1976.
5) RAMA, Ángel. La ciudad letrada. Montevideo, Arca, 1998.
6) ROBLES RÁZURI, Carlos. “Panorama de la literatura piurana”. En: Prosistas Piuranos. Lima, 1958.